Ensalada roja, Facile e divertente !!

Ya, ya sé que las ensaladas son para el verano, como las bicicletas, pero la verdad es que me gustan tanto que no dejo de prepararlas nunca, lo mismo me pasa con la sopa, soy capaz de comer una sopa de cocido el mismo 15 de agosto y no es broma....jajaja.

 

Os pongo esta receta porque es muy fácil de hacer, le gusta a todo el mundo, se puede hacer en diferentes versiones y si tenéis  invitados es la mar de socorrida, además te puede apañar una cena en un día de esos que no tienes ganas de estar en la cocina, y quedar como un señor cocinero.

Yo la llamo ensalada roja, porque los ingredientes principales son rojos, la preparo de dos formas, aunque hay infinidad de mezclas.

El ingrediente principal es el pimiento rojo asado, en mi casa desde pequeña siempre se han asado pimientos, mi madre los asaba y luego embotaba cantidades inimaginables.... estábamos medio verano comiendo ensalada de pimientos pero ñam ñam..... esta tan rica que no nos importaba, otro día os pondré la receta de la ensalada de pimientos de mi madre es brutal, súper rica, se deja preparada en la nevera y si eres capaz de comerla dos días después está mucho más rica.

Pero voy con la mía la "ensalada roja de Mss. Carrington", como decía ingrediente principal, pimientos rojos asados, yo os recomiendo asarlos en casa, no cuesta nada es la cosa más fácil del mundo y no da nada de lata, tomate, para la versión 2 y una lata de ventresca en aceite de oliva, sal maldon, o flor de sal, orégano y aceite de oliva.  

Variación número 2..... ¡¡¡ ñam, ñam !!!

Para asar los pimientos solo hay que comprarlos en la tienda, jejeje.... yo os recomiendo que cuando aséis preparéis una buena cantidad, se conservan muy bien y luego los podéis comer de muchas maneras, para acompañar una carne los podéis rehogar con ajitos, aceite de oliva y una cucharada de azúcar, veréis que os conquistan, también podéis batirlos con queso philadelphia y ponerlo untado en unas tostadas de pan, o en unas tartaletas, un aperitivo riquísimo y  como no para ensaladas de todo tipo. Pero vamos a asarlos lo primero, encendemos el horno, lo ponemos fuerte a 200g y cuando esté caliente el horno lo bajamos a 180g, lavamos los pimientos y los colocamos en una fuente, los regamos con un poco de agua, un chorro de aceite de oliva y sal, yo pongo sal gorda, los metemos en el horno y los dejamos unos 40 minutos, esto dependerá del horno como siempre os digo y del tamaño del pimiento, pero según los vais asando veréis como "me pones tierno"........jajaja... como la canción, cuando los tengamos, los sacamos del horno y los dejamos enfriar con un trapo por encima, como si reposáramos el arroz. Para pelarlos, yo espero a que estén templados, más fríos que calientes y la piel sale sola, los conservo en un bote de cristal bien tapados y cubiertos con el caldo que ha quedado en la fuente de asarlos, es importante que no caigan las pepitas, es muy desagradable encontrarse una, yo lo odio, así que cuelo bien el caldo para que no se nos cuele ninguna.

Con los pimientos ya asados montamos la ensalada.

Versión 1.

En el fondo una buena cantidad de pimientos, los  aliñamos antes de poner la ventresca, con sal, orégano y aceite de oliva, luego por encima la ventresca y un poquito más de aceite y lo tenemos listo para comer.

Pimiento, ventresca y focaccia para acompañar

Versión 2.

En el fondo picamos un tomate a mí me gusta la variedad raf, es mi preferida pero cualquier tomate nos vale, luego añadimos los pimientos y repetimos la operación del aliñado, sal, orégano y aceite de oliva, encima ponemos la ventresca un chorrete de aceite más y "pa dentro".

En esta versión 2 también podemos poner el tomate asado, veréis que le da otro gusto.

Tomate, Pimiento, Ventresca acompañada por focaccia.

Para acompañar la ensalada recomiendo una focaccia, es un pan italiano que tiene costra por fuera y es muy blandito por dentro, se puede hacer con especias o sola con escamas de sal,  es el pan que más le va y para regarla.... un zumito de cebada..jejeje..... bien frio, ummm me encanta la cerveza,  o una copita de vino, un tinto joven le va a las mil maravillas.